4/21/2011

Diversión

Llegan a la plazoleta. No hay balón. A pasear. Mientras Alba y Álvaro charlan, Francisco no para de mirar a Paola y ella se da cuenta, tiene ojos en la cara, no pelotas.
-Me aburro –comenta éste-.
-No eres el único –dicen Helen e Inés-.
-Pff… ¿y si vamos hasta el paseo marítimo? –sugiere Álvaro-.
-Venga, pero voy a por un bañador que con el calor que hace –responde Alba-.
-Y yo –contestan Lara, Paola, Inés y Helen al unísono-.
Se vuelven a reunir a las 4, después de comer.
En el móvil de Alba suena Baby, de Justin Bieber. Lara se tapa los oídos y empieza a chillar.
-¡¡¡Qué asco saca esa shit!!!
-Oye con mi Justin no te metas –replica Paola-.
-Eh, que es mío –contesta Alba-.
-Mitad para cada una –dice Inés-.
Ponen rumbo hacia la playa y llegan en media hora.
Alba y Paola conversan.
-¿Debo rendirme?
-Alba, ¿a qué te refieres?
-Nada, déjalo.
Alba se aleja a pasear sola mientras lo piensa. ¿Debe rendirse, olvidarle, dejarle marchar? ¿O debe luchar y decirle lo que siente? Está confusa y no es la única.
¿Le gusta? ¿O esas no son indirectas? Le mira. Se emboba con sus ojos azules y él la pilla. Mantienen la mirada. Pero se cansan y Francisco se acerca a ella.
-Hey, ¿y tú aquí sola?
-Pues no sé, me apetece contar la arena.
-Qué divertido.
-¿Verdad?
Se ríen.
-Bueno, ¿vienes a jugar?
-¿A qué?
-Ni idea.
La coge de la mano y se dirigen junto a los demás.
Fútbol, cómo no. Bajo ese calor abrasador pronto se cansaron y decidieron ir al agua. Pero Álvaro pregunta por Alba, y sale a buscarla.
Pronto la encuentra sentada en unas rocas, parece pensativa mirando hacia lo lejos…. ¿está llorando?
-¿Estás bien?
-Eh, sí, más o menos… -dice secándose con un pañuelo-.
-Tengo ojos, no pelotas de ping-pong.
-Fijo.
-Fijísimo.
-Fijisísimo.
-Superfijisísimo.
-¡Qué cansino eres a veces!
-Lo sé, lo sé.
Vuelven con los demás y se dan un chapuzón con olas estupendas pero con el agua bastante fría.
Pronto vuelven a casa. Francisco y Paola bastante arrimaditos. Lara y Vicky dándose arrumacos y Álvaro y Alba conversando y Helen e Inés también. Osmar forever alone, aunque lo acompaña su fiel consola.

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